El mes de agosto ha destrozado la senda de permanente creación de empleo en el sector logístico a la que venimos asistiendo desde los últimos seis meses. Y, desde UNO, ya veníamos advirtiendo de un lento debilitamiento de la actividad fruto de la bajada de la demanda interna, que en agosto ha sido más intensa debido a la reducción de pedidos del sector industrial.
A pesar de todo, el número de trabajadores en el sector logístico sigue estando por encima del millón, con 1.040.131 afiliados (3.685 menos que en el mes de julio). Por el momento, durante este año, el empleo en nuestro sector ha crecido en 23.129 afiliados, que no es poco teniendo en cuenta la situación general de la economía.
El mes de agosto ha destrozado la senda de permanente creación de empleo en el sector logístico a la que venimos asistiendo desde los últimos seis meses.
En cualquier caso, la logística y el transporte sigue siendo uno de los puntales del empleo en España, porque la disminución de puestos de trabajo durante el mes de agosto ha sido ligeramente inferior a la registrada en el conjunto de la economía. En concreto, un 0,72% frente al 0,88% de la economía en general.

Si nos fijamos en la afiliación por regiones, el cuadro de honor del empleo logístico sigue estando liderado por la Comunidad de Madrid (204.000), seguida de Cataluña (190.000) y Andalucía (144.000).
A nivel global, en agosto la economía española nos dejó 185.000 empleos menos y 25.000 desempleados más. Por lo tanto, la economía real comienza a evidenciar los efectos de:
- Las tensiones inflacionistas que padecemos desde mediados de 2021 (la ministra Calviño dijo que eran algo coyuntural)
- Las subidas de tipos de interés hasta máximos de 2008
- El terrible aumento de la presión fiscal en España
- La ausencia de reformas
- La mayor restricción al crédito
- La debilidad de la actividad en Alemania
- Las dudas sobre la recuperación de China
Si nos fijamos en la afiliación por regiones, el cuadro de honor del empleo logístico sigue estando liderado por la Comunidad de Madrid (204.000), seguida de Cataluña (190.000) y Andalucía (144.000).
Es decir, la economía española comienza a mostrar ya signos concretos de un deterioro de las expectativas de crecimiento a partir de este otoño y, especialmente, de cara a 2024. Todo hace pensar que vamos a asistir a una moderación del consumo y de la inversión empresarial. Por lo tanto, es urgente que se empiecen a acometer reformas.
Pero tampoco creo que haya que sobrevalorar lo sucedido es los últimos meses. A pesar de los ultraoptimistas mensajes oficiales, nuestro PIB en el segundo trimestre de este año sólo fue un 0,4% superior al registrado a finales de 2019, mientras que la media de los países del G7 fue de un 4,0%. Y, además, hemos mantenido la primera posición en porcentaje de desempleados a nivel general y también entre los jóvenes.