¿Qué está pasando en nuestro mercado laboral? | UNO Logística
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Análisis de los datos del mercado laboral de la EPA.

¿Qué está pasando en nuestro mercado laboral?

Hace apenas unos días se dieron a conocer los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), correspondientes al tercer trimestre del año. Sorprendentemente, coinciden comentarios que, según la posición política del analista, califican los datos como positivos, junto con otros que los tachan de negativos. En mi opinión, merece la pena hacer un análisis técnico muy sencillo, sin ideología, que nos permita extraer conclusiones reales y útiles que ayuden a mejorar, no solo nuestro mercado laboral, sino también la política económica.

1. Es verdad que se han batido varios récords que han fortalecido nuestro mercado laboral. La ocupación ha alcanzado un máximo histórico, ha crecido la población activa y el paro se ha reducido. No obstante, no podemos obviar que estos resultados se deben, en gran parte, al aumento de la ocupación coyuntural del verano en el sector servicios. Además, no debemos perder de vista que nuestra elevada tasa de desempleo se ha vuelto estructural y que la creación de puestos de trabajo muestra signos de ralentización, con un crecimiento trimestral de ocupación del 0,37%. Una cifra que es cuatro veces inferior a la media de los últimos dos años y casi la mitad de la registrada en la última década.

Todo esto es la prueba irrefutable de que las políticas activas en esta materia son un desastre absoluto, puesto que el que cae en el paro es casi imposible que se reincorpore al mercado laboral. 

2. El alza del empleo es consecuencia de la tasa de crecimiento de nuestra economía. Las principales casas de análisis esperan un crecimiento para este año del 3%. Sin embargo, este incremento está impulsado principalmente por dos factores. Desde la demanda, el gasto público crecerá un 3,8% (aumentando la deuda) y el consumo privado un 2,7%. Desde la oferta, gran parte de este aumento se debe al crecimiento del empleo, especialmente entre inmigrantes, que tiende a ser de baja productividad.

En otras palabras, no es que ahora gastemos más, sino que somos más personas, y ese nuevo gasto se suma al que ya existía. Lo mismo sucede con el PIB, que crece porque hay más afiliados y no porque los mismos trabajadores generen más riqueza (sean más productivos). Por eso decimos que, en términos de PIB per cápita, estamos estancados.

Algunos piensan que los datos son el petróleo del futuro, sin considerar que, con el tiempo, estos terminarán estando al alcance de todos. El presidente de UNO Logística, Francisco Aranda, profundiza en la irremplazable figura que representa el capital humano, a pesar de la llegada de las nuevas tecnologías.

3. El aumento de trabajadores en España durante los meses de julio, agosto y septiembre fue principalmente entre ciudadanos extranjeros o de doble nacionalidad. Este fenómeno no es nuevo; en el último año, estos dos colectivos han ido asumiendo un papel cada vez más protagonista en nuestro mercado laboral. En total, España ha creado 377.000 empleos en el último año, de los cuales el 48% corresponden a trabajadores extranjeros y el 43% a empleados con doble nacionalidad, dejando solo el 9% restante para empleados españoles.

El sector del turismo, que es uno de los motores de nuestra economía, ya cuenta con más extranjeros que el promedio del resto de la economía. En hostelería, el 27% de los trabajadores son de origen extranjero, mientras que, en el total de la afiliación, representan en torno al 13,5%. Esto no significa, en ningún caso, que los extranjeros le quiten el trabajo a los españoles; al contrario, los nacionales, al contar con instrumentos de apoyo como las redes familiares y los subsidios, no suelen optar por los puestos de trabajo más duros y de salarios más bajos. Por lo tanto, el crecimiento de nuestra economía se lo debemos, en gran parte, a todos los extranjeros que llegan a nuestro país deseosos de incorporarse al mercado laboral. 

4. Nuestra maquinaria productiva va a tope, pero necesita contar cada año con cerca de medio millón de inmigrantes dispuestos a ocupar puestos poco cualificados, lo que da lugar a una economía de escasa productividad y muy poco sostenible en el tiempo. De hecho, esta forma de crecer genera un círculo poco virtuoso, puesto que a más empleos, menos productividad. Esto nos aleja de la economía de valor añadido, del conocimiento y de la transformación digital que es la que realmente genera riqueza y salarios elevados.

La principal conclusión que extraemos de este análisis es que este modelo de crecimiento tiene un límite que ya estamos alcanzando. Sobreterciarizar nuestra economía tiene enormes riesgos tanto económicos como sociales. Un sistema productivo sano es aquel que está equilibrado en sus diferentes sectores, y el nuestro no lo está. Para lograrlo, necesitamos un plan que se extienda más allá de una corta legislatura y que apueste por aumentar la industria, modernizar nuestros polígonos, favorecer la inversión en tecnología, mejorar la formación de los trabajadores, y fomentar un crecimiento más sostenible que se base en la productividad y en el cerebro de obra, no sólo en la cantidad de mano de obra. 

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